¿Qué pasó en la #casaenllamas?

Casa de Lectoras Indeseables
5 min readNov 14, 2019
Instantánea de uno de los centenares de incendios que asolaron la Amazonia el pasado verano. Via REUTERS.

Al preparar las lecturas del nuevo curso, Clara Timonel y Cristina Díaz nos juntamos a conspirar itinerarios atractivos para vosotras. Este curso sentíamos que nos faltaba algo. El retrato del mundo que pretendemos dibujar y entender leyendo con vosotras parecía incompleto sin incluir la cuestión medioambiental.

Esa conversación (telefónica, puesto que vivimos cada una en un extremo de la península) tenía lugar al final de uno de los veranos más desastrosos para el medioambiente que habíamos vivido jamás. En el llamado “pulmón del planeta”, la Amazonia, ardían hectáreas y más hectáreas de selva. Eran incendios provocados, casi alentados, por el presidente fascista de Brasil para favorecer la implantación de las multinacionales de la industria alimentaria sobre ese suelo quemado. Al mismo tiempo leíamos mes tras mes que habíamos vivido el junio, julio, agosto, septiembre… Más cálidos de la historia. Pero la lista de fenómenos climáticos anómalos causados directamente por el calentamiento global es todavía más larga: olas de calor en Alemania, granizadas en Grecia e Italia que echaron a perder cosechas, inundaciones (y grandes incendios) en Australia y China… ¡Incluso Siberia ardía!

Después de varias décadas de advertencias e inacción, este verano el planeta parecía gritar “Hasta aquí hemos llegado”. Resultaba imposible no incluir algún título vinculado a la cuestión medioambiental en nuestras lecturas.

Con muchísima humildad (no es, ni mucho menos, nuestra área de expertise) decidimos incluir “La vida en el centro”, una suerte de introducción al ecofeminismo escrito a seis manos y preciosamente ilustrado que nos ha descubierto los hilos –cada vez más visibles– que desde el sacrosanto mercado atacan la vida, ya cobre esta la forma de paisaje, soberanía alimentaria, autonomía personal o derechos básicos. Todo está conectado: el cambio climático, la sobreexplotacion de recursos naturales, la división sexual del trabajo, el desierto de apoyos que son las labores de cuidados, las personas sin hogar, los refugiados sin destino que pierden su vida en el Mediterráneo.

Todo para los mismos, otra vez. Siempre

Una visión casi religiosa del capitalismo es la culpable de que hayamos llegado hasta aquí. Lo sacrificamos todo en aras del crecimiento económico con la esperanza de que, al final, caigan algunas monedas entre los más desafortunados, cosa que pocas veces termina sucediendo. O como lo expresó una de nuestras lectoras citando el libro:

Están muy ocupados “sacrificando el bienestar de mayorías a favor del beneficio económico de minorías”. Esa frase me destruyó. Unos pocos viviendo por todo lo alto mientras otras millones de vidas mueren. Deborah L Rivas

Y es que el mundo “se construye y organiza a la medida de ese sujeto privilegiado (blanco, burgués, varón, adulto, heterosexual, sano) que es su principal beneficiario” nos dicen las autoras. Capitalismo y patriarcado son las dos fuerzas que están acabando con la vida. Pero, ¿cómo podríamos cambiar la situación y llegar a una sociedad donde los cuidados sean la prioridad, el centro? Para nuestra Clara Timonel, el diagnóstico es sencillo, aunque tremendamente complicado de llevar a cabo, puesto que supone luchar no solo contra fuerzas poderosas sino contra nuestra propia educación y valores:

Querernos mucho y honestamente, pensar globalmente y actuar localmente, defender nuestro entorno inmediato de la degradación y el desamparo, ((cortar algunas cabezas)) pero sobre todo querernos mucho y aprender a querer, apreciar. Clara Timonel

Un chorlitejo patinegro se dispone a emprender el vuelo desde la arena de una playa, su hábitat natural, amenazado por la urbanización de las costas.

Mientras tejemos esas redes con las que plantear otras formas de vivir, más sostenibles y respetuosas, las lectoras nos dan ideas para cambiar hábitos y frenar, en la medida de lo posible, el inminente desastre que nos aguarda en un futuro no muy lejano:

Busco alternativas para algunas de mis costumbres más destructivas o contaminantes y me lo tomo como una aventura en vez de como una obligación, disfruto en el explorar las posibilidades. No es una renuncia, es un cambio positivo en cómo me relaciono con mi entorno.

Intento ser mucho más consciente de lo que compro y cómo, de mis hábitos de consumidora y los desechos que produzco, y en poco tiempo (4–5 meses) he cambiado muchísimos de mis patrones, y algunos que me parecían imposibles (hago dieta vegana en casa, por ejemplo). Clara Timonel

Evito desperdicios en la medida de lo posible (reciclo, reutilizo, busco materiales duraderos y respetuosos..).
Me informo de otras asociaciones y comunidades del barrio y sus luchas para intentar ayudar en ellas.
Trato de salir más a la naturaleza en familia. Deborah L Rivas

O puede que la solución nos exija poner tierra de por medio. Abandonar la ciudad sin mirar atrás:

Estamos tan manipulados que es difícil y más viviendo en una gran urbe dónde no necesitas nada ni a nadie que respire. Yo me he mudado y puedo decir que me siento más conectada con esa vida en el centro.
Aquí no estoy permanentemente bombardeada de publi ni de objetivos vitales impuestos por el canibalismo. (Quería decir capitalismo pero el correctos sabe de lo que habla). Elisa Barbilla

Y como esta lectura es solo el principio de nuestro viaje hacia el ecofeminismo, otra de nuestras fieles lectoras, Sara, nos recomienda algunos tres ensayos y una novela para seguir profundizando en la cuestión:

Patriarcado y acumulación a escala global de Maria Mies, que repasa las alianzas históricas entre capitalismo y patriarcado y cómo influyen esos elementos así como la división sexual del trabajo y la violencia hacia las mujeres en la configuracion del mundo moderno

Ecofeminismo decolonial y crisis del patriarcado de Patricia de Souza. Desde Chile, la autora cuestiona la noción de “progreso” y “civilización” que nace en Europa y se expande como la única opción deseable por todo el mundo, por la vía del colonialismo y la explotación.

Ecoanimal, de Marta Tafalla plantea en esta obra la necesidad de crear una nueva estética donde la naturaleza sea más que un entorno, un decorado para lo humano. Ante esa visión, la autora propone un mayor conocimiento científico que nos ayude a valorar lo que nos rodea y calibrar la gravedad del cataclismo medioambiental que tiene lugar ante nuestros ignorantes, distraídos ojos.

Sobre los huesos de los muertos de Olga Tokarczuk es una novela policiaca, un trepidante thriller con trasfondo ecologista que sigue las desventuras de una profesora que investiga -por libre y de forma poco ortodoxa- la misteriosa muerte de varios cazadores en las montañas del suroeste de Polonia.

Un mes más, gracias por leer con nosotras. Gracias por compartir vuestros puntos de vista y sugerencias de lectura. Seguiremos aprendiendo y conspirando por una vida más justa. Nos vemos en la próxima, en #casadeMorrison.

--

--

Casa de Lectoras Indeseables

El club de lecturas feministas con un plan la mar de ambicioso: leer libros escritos por mujeres y comentarlos.