¿Qué pasó en #casadeWynneJones?
El pasado jueves tuvo lugar el cuarto encuentro virtual de Casa de Lectoras. En diciembre (y parte de enero) hemos leído juntas “El Castillo Ambulante” de Diana Wynne Jones, una divertida novela de fantasía que nos ha transportado a un mundo mágico donde los objetos cotidianos cobraban vida, los hechizos de sucedían y, apredíamos, no es tan fácil moverse sobre unas botas de siete leguas ni atrapar una estrella fugaz.
El libro, para muchas de las lectoras, supuso un primer encuentro con el género fantástico mientras que para otras suponía un redescubrimiento, puesto que la adaptación cinematográfica del Studio Ghibli parece ganar en popularidad a la obra original. Lo cierto es que es un libro ameno, gracioso e inteligente. Y así no lo transmitieron no pocas participantes en el debate. Ade Marlo contaba como “hacía tiempo que no leía ficción que me entretuviera, que me enganchara”. De la misma forma Tartaruga describía la novela como “dulce y sencilla, pero no simplona, que se disfruta mucho”. Para Lucía era la tercera relectura del libro: “Me gusta su sencillez para retratar a todos los personajes, sin querer hacerlos fantásticos, simplemente son curiosamente mundanos para toda la magia que hay a su alrededor. Los seguidores del popular estudio de animación japonés nos recordaron que, aunque distinta, la película es también interesante. Anna Roldos decía que “son dos historias distintas que aportan experiencias diferentes. Podría decir que son, a la vez, uno de mis libros y una de mis películas favoritas”.
Un hechizo con muchas lecturas
La protagonista de la novela es Sophie Hatter, la mayor de tres hermanas, que se ve obligada por las convenciones sociales a continuar el negocio familiar, una sombrerería en un país mágico llamado Ingary. Su vida trascurre decorando sombreros con cierto aburrimiento cuando la bruja del Páramo le lanza una maldición. De repente es una señora nonagenaria, cargada de arrugas y achaques.
Para Sofía Jiménez, es precisamente este personaje uno de los principales atractivos de la novela. “Una de mis cosas favoritas es Sophie en sí misma: su carácter y personalidad, la forma de afrontar las situaciones, cómo no se calla ni deja que la pisoteen… Todo esto se ve potenciado cuando se vuelve anciana, como una especie de “despertar emponderante”. Para Deborah L. Rivas, uno de los aspectos más importantes son las relaciones entre las distintas mujeres que aparecen en el libro: “Las relaciones y personalidades de las mujeres, y la sororidad. Aún más las reflexiones que acontecen a Sophie y la edad. ¿A cuántas ancianas o señoras mayores de 50 o 60 años hemos leído hablando de sí mismas o protagonizando una novela?”.
Y es que el hechizo de la Bruja del Páramo fue uno de los elementos más comentados durante el encuentro. Cada lectora lo interpretó de formas distintas: desde una metáfora de las enfermedades invisibles tildadas como “femeninas” (la depresión, la fatiga crónica, etc) hasta una suerte de disfraz que la hace libre de hacer y decir lo que le viene en gana. Deborah continúa con su visión sobre el rol de ese “envejecimiento mágico”: “Muchas vivimos con dolor pero se nos tiende a enseñar que no es para tanto o es lo que nos toca. Enfermedades como la endometriosis o la depresión nos minan desde hace años pero nunca han tenido la relevancia suficiente. Enfermedades que llevamos en silencio”. Ade Marlo también hace una lectura similar: “Me hizo mucha gracia Sophie pensando en lo que tienen que soportar los ancianos debido al dolor y engarrotamiento de su cuerpo. Yo lo llevo viviendo toda la vida gracias a la fibromialgia soy una vieja prematura como ella.”
Aunque también son muchas las lectoras que ven en el hechizo también un efecto de empoderamiento. Para Ade, “esa transformación” hace que el personaje “diga lo que piensa, adquirió ese superpoder o superdefecto de muchas personas mayores de dejarse el filtro con los años mozos”. Doble Malta lo ve de forma similar: “me encanta la forma en la que Sophie se siente segura cuando es mayor, consciente de la respetabilidad que emana. Me ha parecido notar un poco de anti-edadismo en la naturalidad con la que Sophie asume que tiene noventa años. Tiene sus achaques y tal, pero salvo eso, no le parece grave haber envejecido”. Mientras que otras ven directamente, una proyección de sus inseguridades y una especie de disfraz con el que ganar en tranquilidad. De nuevo Anna Roldos nos hizo notar como Howl, el mago que habita el castillo de da nombre al libro, “comenta que a Sophie ‘le gusta ir disfrazada’. Me dio la sensación de que se sentía más libre siendo anciana”. Otras vieron en el envejecimiento una limitación de aspiraciones y referentes de Sophie por el rol que de ella se espera como “hermana mayor”. Dice Bornocaphant “Tiene que ver con la falta de deseos, planes e iniciativas”, a lo que Tres concreta: “Sophie piensa que no puede llegar a nada porque es lo que manda la tradición para las hijas mayores. Lo relacionaba con expectativas sociales que te paralizan de joven porque esta carrera, hobby, lo que sea, no son “cosas de chicas”.
Más fantasía, más diversión
El humor fue otro de los temas que llamó la atención de las lectoras: “Desde el principio, toda la ironía que usa, me pareció muy divertida. Me encantó la charla de Sophie y el rey, y como se le olvida todo lo que iba a decir y le suelta la verdad prácticamente”, dice María Herraez. También los guiño metareferenciales, en alusión a la estructura tradicional de los cuentos, fueron especialmente divertidos para Tres: “Cuando se ha encontrado con el espantapájaros y el perro y dice, “Bueno, me falta un tercer encuentro. De hecho *insisto* en ello”. Me encanta este guiño metatextual a que sabe que está siguiendo las reglas de los cuentos de hadas. Como lo de ser hija mayor de tres…”.
Algo en lo que coincidimos muchas fue en la capacidad evocadora del libro, de la fantasía desbordante que nos cogió a muchas con la creatividad algo “oxidada”. Por eso, desde Casa de Lectoras nos comprometimos a leer más fantasía con vosotras y, de paso, os pedimos algunas recomendaciones. La lista (que como todo este debate podéis ver en Twitter con el hashtag #CasadeWynneJones) nos ayudó a confeccionar la lista de lecturas para este nuevo año que, esperamos, podamos compartir con todas vosotras.