Comentario -a cuatro manos- de ‘Su cuerpo y otras fiestas’
Durante el mes de febrero nos adentramos en el mundo bizarro, fantasmagórico y sobrecogedor de Carmen María Machado a través de su obra de debut Su cuerpo y otras fiestas (Ed. Anagrama), una compilación de ocho relatos donde el terror y la ciencia ficción sirven como excusa para reflexionar sobre el cuerpo de la mujer, el deseo y la sexualidad con una mirada tan feminista como descarnada.
Por desgracia, la #casadeMachado fue una de las menos visitadas, al menos durante el encuentro virtual, desde que empezamos la aventura de Casa de Lectoras Indeseables. Lo cierto es que tras su finalización hemos leído aportaciones y nuevas lectoras que se suman al reto de descubrir la particular voz de Machado.
Aunque ahora tocaría aquí resumir lo que sucedió durante el encuentro, al ser apenas un monólogo a cuatro manos *inserta emoji triste con lagrimita* por parte de Clara Timonel y Cristina Díaz, hemos preferido ofreceros aquí una recreación del diálogo que tuvimos la tarde antes para preparar el encuentro. Esperamos que os parezca interesante. Como se trata de relatos que se prestan a todo tipo de interpretación subjetiva (¡ni entre nosotras nos poníamos de acuerdo!), os invitamos a compartir vuestra visión del libro con nosotras, a través de Twitter.
El punto de más
CD: Me parece que habla del valor de la ficción y de compartir relatos, de ahí las acotaciones que se trufan el cuento, dando indicaciones sobre cómo leerse en voz alta, pero también la propia narradora introduce a lo largo del relato historias e incluso leyendas urbanas. Aparte de eso, me sorprende cómo la vida de esta mujer (como marca el inicio y el final del cuento) gira en torno a su relación con el marido y el hijo. Empieza cuando lo elige y finaliza con su muerte. De hecho, acaba cuando el hijo va a casarse. Es decir, cuando el ciclo vuelve a ponerse en marcha.
CT: Hay una frase que a mí me mata: “No es un mal hombre en absoluto. Decir que es malo, malvado o perverso sería una injusticia. Y sin embargo…”
CD: ¿Qué es el lazo? Para mí se refiere a esos espacios privados que ayudan a las mujeres a mantener la cordura. Siempre tienes que guardar un pequeño espacio para ti, parece que el mundo es cada vez más pequeño y una se ahoga en obligaciones y cuidados. Siempre hay que conservar algún trocito, algún secretillo para no desaparecer…
CT: Yo interpreto que representa el cuerpo siempre vulnerable a ser vejado; una señal que te hace susceptible a la pérdida de autonomía. A ella no le importa la cinta, pero a su marido sí, y lo que quiere es “desvelarla”, dominarla, ignorando los límites que ella marca y su voluntad. Y al final termina con su cabeza en el regazo. Pum. También pierde la relación con su hijo a cuenta de la cinta, o más bien de la pérdida de respeto por la autonomía de la protagonista que se simboliza en su hijo intentando tocar la cinta y forzando su mano.
CD: El título hace referencia al punto de sutura extra que se hace tras una episiotomía. Es violencia obstétrica. El cuerpo de la mujer, tras los cambios del embarazo y en uno de los momentos más vulnerables (de hecho, en este relato, la protagonista está semi-inconsciente), se modifica sin su consentimiento para el placer de la pareja.
CT: La traducción “un punto de más” me parece súper cobarde. Es un punto “pal marío”. Yo lo que saco es que es sobre ser mujer en un mundo patriarcal: esencialmente muerta en vida (¡la cabeza sujeta por una cinta!), poquísima gente te respeta, poquísima gente te cree, te cuentan historias en las que acabamos muertas de maneras horrendas O CASADAS que para esta protagonista resulta que lo mismo da. La prota sufre una muerte por microagresión, en realidad.
Madres
CD: Voy a serte sincera: ¡No entendí un pimiento de este cuento! #halluda
CT: A mí me pareció el más flojo de todos, creo que porque es el que le resultó más difícil de escribir. Un relato que se podría clasificar como realismo mágico, sobre violencia doméstica y las complicadas expectativas familiares en parejas del mismo género. Sobre este tema va su próximo libro, de no ficción, y ella misma ha dicho que sin el primer de escribir Mothers no sería capaz de enfrentarse a ese proyecto. Sus hijos, su hija, los interpreto como alucinaciones del compromiso inquebrantable de la protagonista con su relación abusiva. Todo lo que tiene que ver con comida sé que significa algo, pero se me escapa.
Inventario
CD: Es un relato “meta” donde según avanzas entendemos su naturaleza. La trama de ciencia ficción / terror (la epidemia estilo película de zombies que se desarrolla) se desarrolla en un segundo plano. Solo al final entiendes que es una de sus listas que confecciona a modo de entretenimiento, para conservar la cordura durante la crisis. Al final avanza hacia la soledad absoluta y, probablemente, la muerte.
CT: Para mí la lista también es una alegoría de la necesidad humana de contacto; cómo la epidemióloga le dice a la protagonista, después de mantener relaciones sexuales, que si la gente se estuviera quietecita y no se “arrejuntara” tanto igual la pandemia no se habría extendido tanto. Aunque lo más importante para mí es que es la primera ficción tranquilamente bisexual que leo.
Especialmente perversos
CD: Aunque entiendo que es un nuevo formato tipo lista, he ido perdiendo interés según avanzaba. Al final lo encuentro repetitivo.
CT: Para mí va más allá de una lista, me recuerda a las sinopsis de las series que salían en el TP (que nunca faltaba en casa de mi abuela)
CD: ¡Menudo clásico! El equivalente ahora serían las listas de episodios de la Wikipedia. Ley y orden es famoso en estados unidos por su componente misógino pero también por ser una serie longeva que entre sus múltiples franquicias y reposiciones casi puede verse en cualquier momento del día en televisión.
CT: Sí, Benson y Stabler son los protagonistas de la franquicia Ley y Orden más vista: la unidad de víctimas especiales, (Special Victims Unit, SVU), que trata exclusivamente casos de violación, pederastia, incesto, secuestros y demás. Casi todo víctimas femeninas y/o infantiles. Henson y Abler, los döpplegangers, serían los personajes televisivos, siempre íntegros, siempre extraordinariamente competentes frente a los incesantes horrores que enfrentan en su trabajo. El “redoble grave, dos toques” que oyen los Benson y Stabler de la historia, perseguidos por los demonios de una ciudad (ficticia, para la tele) que escupe cadáveres femeninos sin cesar, es el tema musical de la serie. https://youtu.be/gP3MuUTmXNk
Algunos de mis favoritos:
SIN ROPA: encuentran a una mujer embarazada, desnuda y confundida vagando por Midtown. La arrestan por exhibicionismo.
EGOÍSTA: la forense no consigue obligarse a admitir que a veces es ella quien quiere que la abran en canal para que alguien le cuente sus propios secretos.
Y cuando Benson rompe el círculo de sal para dejar entrar a todos los fantasmas de las chicas asesinadas. Esa imagen me puede. También me gusta cómo evoluciona desde el realismo, con todos los tópicos de estas series, claro, y luego va degenerando. Deborah Rivas lo describe como “un descenso a la locura” y me parece que acierta de lleno.
Las mujeres de verdad tienen cuerpo
CD: Lo primero que pensé es que el título podría hacer referencia a la película de los primeros 2000s -las mujeres de verdad tienen curvas, con America Ferrara- o quizá a ese cliché, que para luchar contra la dictadura de la delgadez reparte “carnets” de auténtica mujer a unas, excluyendo a otras.
CT: Ah, pues teniendo en cuenta la ascendencia latina (cubana) de CMM casi seguro que es un guiño a esto.
CD: Para mí este cuento habla de cómo las mujeres, con la cultura de la dieta y el culto a la delgadez, somos llamadas a ser cada vez más pequeñas, ocupar menos espacio, tender a la invisibilidad. Resulta lógico, aunque escalofriante, que las mujeres del cuento terminen por desaparecer, volverse transparentes, incorpóreas. Es además, un problema que afecta a todas, no solo las frívolas adictas a la moda que van a la tienda donde trabaja la protagonista, también a su pareja, por ejemplo, que no se rige por esos criterios estéticos (intelectuales, lesbianas butch como la del cuento, activistas feministas, etc.). Los cuerpos que se desvanecen acaban cosidos a los vestidos que venden en la tienda donde trabaja la protagonista. Es un motel abandonado (=el cuerpo como casa, en este caso la no-casa / no-lugar). Las chicas transparentes se ofrecen a la costurera, que las cose literalmente a los vestidos — los vestidos se describen como hermosos pero femeninos hasta la caricatura, cargados de volantes y adornos, destinados a los “bailes de graduación”. ¡Madre mía, qué ladrillo acabo de lanzar!
Ocho bocados
CD: Volvemos con los trastornos alimentarios y la gordez. Es uno de mis temas favoritos. Me gusta que empiece en un lugar de veraneo pero en un invierno muy frío. En mi opinión, el invierno oculta nuestros cuerpos bajo capas de ropa hace referencia a esta idea — tan del cultura de la dieta- de la grasa oculta nuestro “verdadero cuerpo”, es un típico pensamiento anoréxico. Sorprende cuando habla de su madre, que no era ni gorda ni flaca dice, pero luego describe cómo restringía la comida hasta lo obsesivo (los ocho bocados que titulan el cuento). El odio a nuestro cuerpo se aprende en casa, lo heredamos de nuestras madres, comida a comida. La protagonista acaba haciéndose un by-pass gástrico, que es una operación que tiene a menudo efectos secundarios sobre la salud mental de los pacientes (con frecuentes depresiones). La grasa se convierte en un espectro, pero la protagonista acaba muriendo en sus brazos, es su otro yo, que la acompaña y protege.
La residente
CD: De nuevo aparecen elementos “metanarrativos”. La escritora del relato hace referencia a detalles de otros cuentos del mismo libro, aunque habla de una novela protagonizada por una tal “lucille” que es una proyección de la protagonista. Y el relato mismo es el cuento que se escribe en una residencia sobre las “aventuras” en la residencia anterior!! Me encanta cómo se desarrolla un cuento, dentro de otro cuento, me parece muy rico técnicamente.
Se recupera la figura de la loca del desván y, en general, todos los personajes parecen clichés del “artisteo” en la literatura. Pero se les da la vuelta. La loca también es persona, vemos la realidad desde su punto de vista. De hecho la protagonista reivindica esta locura, diciendo algo así como “qué pasa si quiero estar así y explorar esas emociones”.
Problemática en las fiestas
CT: Yo lo interpreto como una historia sobre el deseo, sobre todo la composición del deseo sexual hetero. Solo escucha a parejas hetero cuando follan; a la pareja de mujeres en la fiesta no puede leerles la mente. Hay algo ahí, pero el relato en sí es bastante flojo. El novio está siempre acechando y ella comprende –de alguna manera– que él está ahí esperando a que ella esté disponible otra vez para follar, “como antes”, intentando acelerar su recuperación del trauma egoístamente.
¡Gracias por leer con nosotras “Su cuerpo y otra fiestas” y visitar #casadeMachado!